CADE Universitario 2016: ¿Cómo generar impacto como estudiante?

PQS. 14.07.2016.- Líderes estudiantiles del norte, centro y sur se reunieron en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) para generar ideas que contribuyan al desarrollo del país.

Como cada año, el encuentro anual de jóvenes líderes (CADE Universitario) reunió a los mejores alumnos de universidades e institutos del Perú para generar un compromiso país entre estudiantes próximos a ser profesionales.

Azucena Gutiérrez, presidenta del CADE Universitario 2016, conversó con PQS sobre la importancia del liderazgo estudiantil.

“Los estudiantes pueden generar impacto desde el primer día de clases”.

En este sentido, comenta que las actividades extracurriculares son muy enriquecedoras pues impulsan habilidades útiles para la vida profesional de los estudiantes.

Durante este foro académico, los jóvenes universitarios abordaron asuntos como medio ambiente, activismo político, formalidad laboral y compartieron ideas para mejorar la economía peruana.

Los jóvenes y sus perspectivas emprendedoras

Azucena Gutiérrez, presidenta del Comité de CADE Universitario 2016

Somos un país emprendedor, estamos entre los países con mayor nivel de emprendimiento, de acuerdo al Global Entrepreneurship Monitor (GEM), radar internacional que evalúa las tasas de emprendimiento de 72 economías del mundo.  Hoy, de acuerdo al último reporte, estamos en el quinto lugar.

Soy empresaria y conozco las potencialidades y restricciones del ecosistema emprendedor peruano. Como Presidenta de CADE Universitario 2016, principal foro de jóvenes líderes, pretendo, en estas líneas,  hacer una reflexión sobre el emprendimiento y algunas perspectivas  juveniles ¿Son los jóvenes más emprendedores? ¿Cuáles son sus motivaciones y expectativas sobre sus futuros empleos?

El GEM 2013 señala que la propensión para crear empresas es mayor entre los 25 y 44 años de edad. Perú está catalogado como una economía basada en recursos y eficiencia y en este tipo de economías, quienes deciden emprender son más jóvenes. El 34% de los emprendedores en etapa temprana, es decir aquellos que inician un nuevo proyecto, tiene entre 25 y 34 años de edad. Por otro lado, es interesante observar que los emprendedores por necesidad, los que realizan la actividad solo para generar ingresos, tienen mayor edad; a diferencia de los que persiguen oportunidades, es decir, quienes identifican las potencialidades del mercado.

Esta tendencia emprendedora se ratifica entre los jóvenes. La encuesta aplicada por IPSOS en CADE Universitario 2015, señala que ellos quieren ser dueños de sus propios negocios,7 de cada 10 entrevistados considera atractiva la opción de ser empresario y además planean hacerlo entre los 3 y 5 años de egresar de la universidad o instituto.

Está claro, los jóvenes tienen habilidades y quieren ser emprendedores, sin embargo, ¿la educación está mirando esta información? El GEM señala que los emprendedores en etapa temprana tienen un mayor nivel educativo, estos emprendedores incursionan más y mejor en los negocios, la oportunidad se impone a la necesidad y esos son los proyectos que subsisten y crecen. Por lo tanto, el rol de la educación es vital, no solamente para formar la identidad académica tradicional de los jóvenes, sino para generar herramientas que permitan mejores elecciones, como crear un negocio propio. Algunas instituciones educativas básicas incorporan herramientas para fortalecer las capacidades emprendedoras de los niños y la educación superior está potenciándolas a través de sus centros de emprendimiento.

Convertirse en un emprendedor es atractivo, la proporción de los emprendedores que se consideran autoempleados ha crecido a 56% en emprendedores nacientes, a 86% en emprendedores nuevos y 95% entre los emprendedores establecidos.

Debemos fortalecer el ecosistema: La academia, la empresa, el Estado, las organizaciones, deben funcionar como un engranaje para propiciar emprendimientos sostenibles e innovadores. Aunque hemos avanzado, el Perú ocupa el puesto 9 del Ranking Regional de Condiciones Sistémicas para el Emprendimiento Dinámico en América Latina, tenemos que trabajar en la innovación a través de la investigación. Esta edición de CADE Universitario propone a los jóvenes líderes, entre otros tópicos, reflexionar sobre el emprendimiento y la innovación como herramientas para contribuir con el desarrollo del país.

¿Qué significa innovar?

Lucia Benavides, Gerente de Empleabilidad de IPAE Escuela de Empresarios y Miembro del Comité CADE Universitario 2016

La innovación está de moda. La vemos en los CVs de los jóvenes, en los valores de las empresas, en los artículos de las revistas. Paradójicamente, mientras más hablamos de innovación y más repetimos lo importante que es, menos claro queda precisamente lo que es. Si todo es innovación, entonces nada es innovación.

Por ello para empezar a innovar, es importante preguntarnos: ¿Qué es innovación y qué NO lo es?

1. Innovar NO es ideas. No es coincidencia que el símbolo más común para innovación es un foco encendido, que también está asociado a la generación de ideas. Sin embargo, las ideas por sí solas no son innovación. Lo que realmente importa es la ejecución. 7 de cada 10 emprendimientos de Silicon Valley no sobreviven. Innovar, tanto como emprendedor como parte de una organización más establecida, es difícil y más riesgoso que seguir trabajando de forma tradicional.

Es por ello que muchos programas de apoyo a emprendimientos innovadores deciden enfocarse en proyectos que ya han comenzado a implementarse. Así pueden asegurar que una mayor cantidad de las empresas en los que invierten tiempo y apoyo económico sean exitosas, y maximizan el impacto del programa.

2. Innovar NO es novedad. No tiene sentido reinventar el fuego. Podemos crear nuevos productos y nuevas formas de hacer las cosas, pero si no generan valor, no tiene ningún sentido ejecutar estos proyectos. Lo importante no es crear cosas nuevas o hacer las cosas de forma diferente sino crear valor.

Asociamos la innovación con tecnología y grandes cambios, pero la innovación puede ser menos vistosa e igual generar mucho impacto. La novedad es relativa. Implementar un modelo de servicio de Rusia en el Perú es novedoso, por más que ese modelo sea tradicional en el mercado ruso. La innovación puede ser disruptiva y revolucionaria como muchas de las empresas de Silicon Valley, o puede ser una mejora continua como la innovación incremental por la que se hicieron famosas algunas empresas japonesas, especialmente Toyota.

3. Innovar NO es emprendimiento. Muchos de los ejemplos de innovación que se nos vienen a la mente están ligados al emprendimiento, a empresarios que empezaron una nueva empresa desde cero. Sin embargo, hay muchos ejemplos también de innovación dentro de empresas, los post-its de 3M, la salsa a la huancaína de Alicorp, el modelo de servicio de las nuevas tiendas de Interbank, entre otros.

La innovación está muy ligada al emprendimiento -entendido de forma más amplia como el desarrollo de proyectos-, tanto dentro como fuera de una empresa. Para sacar adelante una innovación es necesario elaborar un plan, conseguir apoyo y financiamiento, y ejecutar con excelencia. Pero también hay también emprendimientos que no tienen nada que ver con innovación.

4. Innovar es implementar nuevas ideas para generar valor. La innovación NO es ideas, NO es novedad, NO es emprendimiento, sino es una mezcla de todos estos conceptos enfocados en generar valor.

En junio, jóvenes destacados de todo el país se reunieron en La Punta para participar en CADE Universitario 2016. Juntos aprendieron lo que significa innovar y cómo pueden liderar cambios que generen valor en nuestro país.

Sistemas de Innovación: Más allá de la empresa

Alejandro Bernaola, Director General de Innovación del Ministerio de la Producción y Miembro del Comité CADE Universitario 2016

El siglo pasado sorprendió al mundo con consecutivas olas de transformación en todos los ámbitos. Esto, además de demostrar la capacidad innovadora humana, comprobó que la innovación es un proceso dado en un contexto de interacción de diferentes agentes; como las empresas, los centros de investigación, las universidades y las instituciones públicas.

El proceso de innovación introduce la necesidad de entender que la capacidad innovadora de una sociedad requiere de vinculación de los actores claves del proceso: el Estado, la academia y los sectores productivos. De este modo, se busca optimizar los procesos de generación de conocimiento y su respectiva aplicación en la sociedad. Ya hace más de 20 años Etzkowitz resaltaba esta interrelación en la Teoría de “La Triple Hélice de la Innovación” , la cual no pierde vigencia y tiene un potencial clave en el fortalecimiento de sistemas de Innovación en economías como el Perú.

Por tanto, el sistema de ciencia, tecnología e innovación debe de conceptualizarse como un sistema multidimensional integrado en donde cada componente y sus interacciones busquen ser fortalecidos. Al ser la innovación un proceso complejo, no debe concebirse desde una perspectiva únicamente económica, sino desde la perspectiva más amplia, aquella que aborda fenómenos sociales, culturales y ambientales. Es aquí donde la innovación cumple su función primordial de generar impactos positivos.

En el Perú, resulta particularmente importante que la innovación deba entenderse y desarrollarse en un espectro de actores más amplio, dinámico y variado; modificando así el marcado sesgo hacia el emprendimiento. Según el reporte GEM  2014, el Perú se ubica como la quinta economía con mayor nivel de emprendimiento, y la segunda más importante en la región en lo que respecta al índice de Actividad Empresarial en etapa temprana. No obstante, estos resultados contrastan con lo reportado en cuanto a Innovación, según el reporte 2014-2015 del Foro Económico Mundial (WEF) ocupa el puesto 99 de 144 economías. Esto refleja la urgencia de fomentar la inclusión y participación colaborativa de los diversos actores del ecosistema y de entender la innovación más allá de su dimensión económica.

Específicamente, en los sectores productivos, hay que incrementar la cultura de la innovación, lo cual conlleva a crear incentivos y promover niveles de participación más altos en la inversión de estos sectores en investigación y desarrollo. La reciente aprobación de la Ley N° 30309 de promoción a la Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e Innovación Tecnológica (I+D+i), aplicando el beneficio tributario, es una prueba de esfuerzos que se vienen realizando con este objetivo.

El CADE Universitario 2016, bajo la temática central de innovación, busca inspirar a jóvenes de todo el Perú y otorgarles las herramientas para desarrollar un sistema nacional de innovación capaz de generar, distribuir y explotar el conocimiento a los diversos niveles de los sectores productivos y sociales. Todo con la finalidad de contribuir a la visión de un país sosteniblemente desarrollado.

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[1] ” Etzkowitz, 1993;  Etzkowitz & Leydesdorff, 1995

[1] Global Entrepreneurship Monitor

Las nuevas generaciones: Innovación para crecer

Azucena Gutiérrez, presidenta de CADE Universitario 2016

CADE Universitario es el encuentro anual de jóvenes líderes que promueve la reflexión y acción sobre desafíos y oportunidades del Perú, inspirando su liderazgo y fortaleciendo su compromiso para aportar en el desarrollo del país.

Asumir la presidencia de CADE Universitario 2016, es un reto muy importante, mi primera experiencia fue el año 2008. Soy cadeísta, no solo por haber sido panelista, sino porque compartí y comparto con los jóvenes sueños, ideas y acciones para transformar nuestro entorno.

Este año la edición de CADE Universitario propone generar espacios de discusión sobre los retos y oportunidades para contribuir a la construcción de un Perú desarrollado, y cómo es que para lograr este objetivo debemos ser conscientes de que la innovación es un estándar para el progreso mundial. El Perú, es uno de los países que menos incentiva el desarrollo e investigación. Según el índice de Innovación Global (GII), nuestro país se encuentra en el puesto 71 de 141 economías y noveno en la lista regional. Por ello, es indispensable impulsar modelos y propuestas que mejoren estos aspectos en nuestra sociedad.

Reflexiones como: ¿qué necesitamos para competir por innovación?, ¿en qué ámbitos los jóvenes pueden ser innovadores? y ¿cuáles son los múltiples beneficios de la innovación en todos sectores y niveles?; serán parte del programa de este año. Precisamente los millenials y la generación Z, son piezas fundamentales en la toma de decisiones en una familia, empresa, corporación y sobre todo del país. Estas generaciones, innatas digitales y de ideas disruptivas, son las generadoras de nuevas oportunidades, canales, formas de comunicación y las que impulsan la práctica de la Innovación.

Pero, ¿cómo hacemos para implantar la innovación?. Gracias a que estas nuevas generaciones poseen un chip innovador y lo activan en el 90% de sus actividades, en unos años se podrá hablar de que realmente se practica la innovación en el Perú. Con la inserción laboral de los millenials y la generación Z en las empresas, en las instituciones públicas y en las decisiones país, se irán actualizando modelos de trabajo que generarán excelentes resultados en tiempo récord.

Es indispensable también que generaciones anteriores confíen, reconozcan nuevas habilidades, practiquen nuevas formas de trabajo y tomen en cuenta los pensamientos globales de las nuevas generaciones.

A través de CADE Universitario queremos motivar a los jóvenes a innovar desde el ámbito empresarial, profesional, público, ciudadano, político y social. Impulsarlos a utilizar herramientas que permitan cambiar las perspectivas, optimizar tiempo y dinero, mejorar los procesos, las organizaciones y cómo pequeños cambios pueden convertirse en fuertes engranajes que dinamicen el desarrollo del país.

Nos proponemos reforzar el vínculo de las nuevas generaciones y la innovación. CADE Universitario en sí mismo es un gran escenario de innovación, un medio, un canal para crear un mejor presente y futuro y hacer del Perú un mejor lugar donde vivir.